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lunes, 7 de mayo de 2012

BLP: Goodbye, dictator: Las 198 tácticas de Gene Sharp.








Por Rita Turmix.

    Estas palabras las inspira un documental emitido por la televisión pública española. Un documental sobre el trabajo del científico político Gene Sharp, fundador de la Institución Albert Einstein y experto en tácticas de lucha no violenta. Tácticas comunes actualmente, empleadas en todas las revoluciones modernas, capaces de derrocar un gobierno dictatorial, siempre según el autor del documental.


     No conocía el trabajo de Sharp. Cuando me hablaron de este documental, quise verlo y leer ese opúsculo de poco más de 80 páginas que constituye De la dictadura a la democracia: un sistema conceptual para la liberación (1993). Lo hice y pude “conocer” al señor Sharp, el típico octogenario entrañable, creador de las las famosas tácticas que, como dicen mil veces en una hora, “se están poniendo en práctica en las calles de [diferentes países] ahora mismo mientras hablamos”. 
 
     El documental me pareció muy malo. El tono es excesivamente meloso y remilgado, rozando lo ñoño hasta volverse casi ridículo. No pretendo criticar la realización del documental, pero cosas como estas que comento suelen ocurrir cuando se trata de mitificar a una persona. Supongo que el objetivo era presentarnos el trabajo de Sharp, aunque lo que yo vi fue un homenaje a su persona, pero no como escritor, filósofo o politólogo, sino como filántropo y colaborador máximo de la pax democratica.
 
"If you strip away the myth from the man,
you will see where we all soon will be"1
(Si despojas al hombre del mito, verás dónde acabaremos todos)

    Lo curioso es que el trabajo de Gene Sharp es interesante. Realiza una reflexión inicial muy atractiva ante la democratización paulatina pero sistemática de varios países de todo el mundo desde 1983 hasta 1993 (fecha de realización del estudio), y es que la existencia de países “no libres”, siempre empañará las cifras de “libres” o “parcialmente libres”. O lo que es lo mismo: mientras exista un país sometido por un tirano, no podremos cantar victoria democrática. Esta reflexión, que muchos verán como excesivamente populista, se apoya en la idea principal del texto de Sharp: es posible derrocar a los dictadores y convertir las dictaduras en democracias siempre que la sociedad se lo proponga y haga uso de algunas de las 198 acciones no-violentas desarrolladas (que no inventadas) por el politólogo. Identificar las fuentes de poder de un gobierno (legitimidad, apoyo social e institucional), será el punto clave para la caída de un régimen (“Momento eureka”). Él habla de dictaduras, claro. 

   Irán (2009); Egipto, Túnez y Siria (2011). Durante el documental se nos presentan estos cuatro casos como claro ejemplo de la efectividad de algunos de los famosos 198 puntos de Sharp. No puedo, ni quiero, negar que se trata de métodos útiles y prácticos. Sin embargo, creo que merecen una reflexión.

    Repasando los acciones no-violentas, encontramos:
    El uso de la no-violencia es planteada por Sharp como la única forma de lucha efectiva contra las dictaduras, en oposición a los métodos violentos, nefastos e inútiles contra un gobierno acostumbrado a aplicar formas de disuasión violenta. Sin embargo, hablamos de boicots económicos, laborales y sociales, no cooperación con las autoridades y el gobierno, impago de deudas, apropiación de terrenos ajenos, retirada del reconocimiento diplomático... Creo que no aventuro demasiado si digo que una actividad como esta podría desestabilizar hasta destruir la práctica totalidad de los gobiernos occidentales, incluso los democráticos. Es decir, estas tácticas no-violentas que Sharp entiende como la única manera posible de acabar con una dictadura, componen una metodología muy hábil para desestructurar un Estado, muy especialmente si la respuesta del mismo es “democrática”. Es por esto que aquel que decide en qué países puede o no usarse, debe o no usarse, adquiere un poder demasiado peligroso. Pese al interés del documental en clarificar que la Institución Albert Einstein no pretende involucrarse en la política de ningún país extranjero (dictaduras, preferentemente), ni dominar los grupos de Resistencia de los países que sufren gobiernos tiránicos, la realidad es que lo está haciendo (aunque no pongo en duda que no pretendan obtener más beneficio que el establecimiento de un gobierno democrático).

   El documental nos presenta a Bob Helvey, un coronel excombatiente de Vietnam y colaborador de Sharp. Su entrevista me resulta especialmente interesante. Helvey habla de intervención, de reuniones con los cabecillas de la Resistencia, de un tipo de lucha “más poderosa contra la opresión, la injusticia y la tiranía”. Entendemos de sus palabras que, si bien el trabajo de Gene Sharp pretende servir de orientación o guía para los grupos de Resistencia de los países oprimidos por sus sistemas políticos2, otros miembros de la fundación parecen forzar estas relaciones sin reparo. Y es que mientras Sharp habla de movimientos espontáneos basados en su obra, el coronel Helvey describe cómo se desplazó a la Serbia de Milosevic para llevar la obra de su mentor a los líderes de la Resistencia, quienes desconocían la existencia de dicho libro y agradecieron la ayuda prestada en la organización de su “plan de lucha”.

    Por supuesto, no hablo de que el gobierno norteamericano esté colaborando con los grupos de Resistencia en países políticamente “enemigos” de EEUU, como apunta Hugo Chávez y recoge parcialmente el documental. La Fundación Albert Einstein se queja de carecer de subvenciones por parte del Estado, pero ello no significa que el gobierno quiera su desaparición. Si el impacto del trabajo de Sharp es tan real como relata el documental, la Casa Blanca bien podría hacerle un monumento, ya que le facilita el “deshacerse” de los líderes incómodos que no han dado motivos suficientes para justificar una intervención militar.

    Pero, además, la lucha no-violenta funciona mejor cuando cuenta con apoyo externo, de otros países, tanto de teóricos profesionales como de estrategas experimentados en diversas formas de hacer la guerra. Sin este apoyo exterior, estadounidense en este caso, la lucha no-violenta se queda en manifestaciones, llamadas de atención internacional o boicots totalmente insuficientes para modificar las políticas de sus gobernantes, y el mejor ejemplo lo tenemos en Grecia. Por supuesto, muchos alzarán la voz diciendo que el problema griego no viene al caso, pues no se trata de una dictadura. Sin embargo, su inestable situación actual, su falta de libertad por las presiones europeas y todos los motivos que han obligado a los ciudadanos griegos a tomar las decisiones extremas que podemos ver y leer en los medios desde antes de 2010 justifican, creo, ponerla como ejemplo. El documental mantiene que las teorías de Sharp se propagan de país a país porque son útiles, pero curiosamente son más efectivas cuanto mayor es el interés de los líderes de la ONU en afectar la política de dichos países.

    Puede parecer que estas líneas se escriben contra el trabajo de Sharp. Ni puedo, ni quiero hacerlo. El hecho es que el libro se usa y parece que resulta muy provechoso, pero que resulte útil para derrocar gobiernos dictatoriales no puede ser excusa para que no reflexionemos acerca de sus métodos y la manera en la que son aplicados.
España vivió casi 40 años de dictadura y me parece una frivolidad justificar la ineficacia de la Resistencia con la desidia, el colaboracionismo de la sociedad o el enorme error que supone emplear la protesta violenta contra regímenes totalitarios. La clave estuvo en el apoyo internacional. La desfranquistización necesaria que nunca se produjo tras la muerte de Franco acabó demostrándolo. Nadie lo exigió, como narraba en 2011 el historiador Paul Preston durante una entrevista sobre El Holocausto español3. Y la clave de los gobiernos totalitarios actuales sigue estando ahí, en la intervención extranjera, encabezada por el país más importante del mundo actual: EEUU, que actúa en su propio beneficio, al margen de los intereses de la Resistencia democrática. Es por esto por lo que resultan especialmente significativos los países en los que las teorías de Sharp han tenido éxito. 
 
   El pueblo contra el tirano”, dice el documental; Los hombres que han cambiado el mundo no lo han conseguido remplazando a los gobernantes, sino agitando a las masas”, dijo Napoleón.



   Enlaces en la web:

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1. La cita pertenece a Heaven on their minds, del musical Jesus Christ Superstar (1970), de A.L. Webber y T. Rice.
    El concepto pax democratica es una tesis polémica planteada por Michael Doyle en base a la cual los países democráticos serían menos propensos a la guerra entre ellos que los no-democráticos. Es una tesis muy criticada, dado que para su consecución es necesario contar con el mayor número de democracias reales, lo que justificaría, entre otras cosas, el derecho de intervención sobre gobiernos "no-democráticos". http://www.elimparcial.es/sociedad/la-tesis-de-la-paz-democratica-y-sus-peligros-65716.html
2. Gene Sharp comenta que el origen de su escrito está en una petición de la resistencia birmana solicitando un método para acabar con su dictadura. Eso motivó el libro, basado en acontecimientos como las protestas de la plaza de Tian'anmen, Pekín, que le demostraron que la máxima del movimiento no-violento estaría en prescindir por completo de la improvisación.
3. “Por razones relacionadas con las relaciones internacionales, como el apoyo del que gozaba Franco por parte de EEUU”, Paul Preston: http://periodismohumano.com/sociedad/memoria/el-holocausto-espanol.html



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